Seque las semillas de calabaza en lugar de tostarlas para un refrigerio crujiente.
Use las semillas sobrantes de tallar una linterna de Halloween o hacer un pastel de calabaza. Seque las semillas para obtener una merienda saludable y llena de fibra alternativa a las semillas tostadas. Un deshidratador de alimentos facilita el proceso de secado al crear un ambiente controlado alrededor de las semillas. Salar las semillas antes de secarlas es opcional, pero sazona las semillas desde el interior en lugar de cubrirlas después del secado.
Cosas que necesitarás
- Calabaza
- Cuchillo
- Cuchara grande
- Colador
- Toallas de papel
- Cacerola (opcional)
- Sal (opcional)
Corta la parte superior de una calabaza con un cuchillo pesado.
Saque la cavidad de la semilla con una cuchara grande y transfiérala a un colador.
Enjuague las semillas con agua fría para separar las cuerdas de las semillas.
Seque las semillas de calabaza crudas sobre toallas de papel. Opcionalmente, salar las semillas de calabaza antes de secarlas. Lleve a ebullición una cacerola medio llena de agua con sal al gusto. Agregue las semillas de calabaza y hierva por 30 minutos. Escurrir y secar las semillas.
Coloque las semillas de calabaza en los estantes de secado de un deshidratador de alimentos en una sola capa.
Seque las semillas de calabaza a 95 grados F en su deshidratador durante seis a ocho horas o hasta que estén crujientes.
Guarde las semillas de calabaza secas en un recipiente hermético en el congelador o despensa.