Puede agregar fósforo al labrar el suelo.
El número medio en un fertilizante, por ejemplo 15-20-15, representa la cantidad de fósforo. Las plantas necesitan fósforo para estimular el crecimiento de las raíces y establecer flores y frutos. Las deficiencias de fósforo pueden ocurrir en campos agrícolas que están muy cultivados y no son tan comunes en los huertos familiares y los paisajes urbanos.
Cosas que necesitarás
- Harina de hueso, estiércol animal o fosfato de roca
- Rototiller o tenedor de jardín
Envíe una muestra de su suelo para que sea examinada por la oficina de extensión de su condado antes de agregar fósforo, ya que demasiado fósforo es peor que una deficiencia. Siga las recomendaciones de laboratorio sobre cómo mejorar su suelo, incluidos los productos y las cantidades.
Aplica un producto recomendado que contenga fósforo, que puede ser un fertilizante o material orgánico como estiércol o harina de huesos, en el suelo a medida que trabajas en el jardín en primavera u otoño. Alternativamente, en otras épocas del año, aplique la cantidad recomendada de producto sobre el suelo y trabaje el producto en el suelo a mano, utilizando un tenedor de jardín. Voltee la capa superior del suelo a medida que avanza.
Productos de difusión diseñados para dispersarse sobre la tierra para facilitar su uso. No es necesario trabajar en ellos. Si elige este método, busque un momento en que no se espere que la lluvia disminuya la probabilidad de escorrentía.
Consejos y advertencias
- El fósforo no es muy soluble en agua y toma tiempo descomponerse lo suficiente para que las plantas lo usen. Los productos que contienen fosfato de roca tardan aún más, a veces de dos a tres años.
- Un exceso de fósforo puede causar el amarilleo de las hojas. Muchos jardineros suponen incorrectamente que este color amarillento es una deficiencia de nitrógeno y agregan una gran dosis de fertilizante para todo uso, que agrega aún más fósforo.
Demasiado fósforo daña los hongos beneficiosos, lo que lleva a la angustia de las plantas.
- El exceso de fósforo puede filtrarse al agua subterránea, causando un trastorno en el equilibrio de algas y bacterias. Ciertas ciudades y estados regulan y, en algunos casos, prohíben el uso de fósforo en detergentes para la ropa y fertilizantes para césped debido a problemas de escorrentía.