El queso ricotta casero es muy diferente de lo que encontrarás en la tienda, ¡y es sorprendentemente fácil de preparar en casa! A menudo escucho a las personas decir que no les importa la textura de la ricota, y puedo garantizar que se refieren a las versiones producidas en masa, que pueden ser granuladas y sin sabor. El ricotta casero es delicado, lechoso, ligeramente salado y se junta en menos de 30 minutos. Es perfecto tanto para aplicaciones dulces como saladas.
Cosas que necesitarás
- 8 tazas de leche entera pasteurizada (no ultra pasteurizada o UHT, vea el Paso 1)
- 1/4 taza de vinagre blanco destilado
- 2 cucharadas de jugo de limón recién exprimido
- 1 cucharadita de sal kosher
- Colador
- Estopilla
- Olla u horno holandés
- Termómetro
Paso 1: reúna sus ingredientes y herramientas
Si bien la leche entera se sugiere en la lista de ingredientes, puede aumentar o disminuir un poco la riqueza dependiendo del resultado deseado. Esta receta funcionará con leche al 2% en lugar de leche entera para obtener una ricota menos rica. O, por un poco más de decadencia, intente intercambiar 1 a 2 tazas de leche entera con crema espesa. Sin embargo, en ambos casos, asegúrese de usar productos lácteos que no estén ultra pasteurizados o UHT.
Advertencia
Siempre desea utilizar la leche más fresca posible para obtener el queso con mejor sabor. Sin embargo, esta receta no funcionará si la leche ha sido ultra pasteurizada o ultra tratada con calor (UHT). Desafortunadamente, la mayoría de las leches orgánicas están ultra pasteurizadas, así que asegúrese de revisar las etiquetas. Aún más importante, verifique la fecha de caducidad. Las lecherías no están legalmente obligadas a etiquetar sus productos como ultra pasteurizados o UHT. Sospeche de cualquier cosa con una fecha de caducidad pasada 2 semanas. También hay recursos en línea para buscar buena leche.

Paso 2: prepara los ingredientes y calienta la leche
Forre un colador con una doble capa de gasa y colóquelo en el fregadero. Combine el vinagre y el jugo de limón en una taza medidora líquida y reserve. Agregue la leche y la sal a la olla y ponga el fuego a medio. Calienta la leche a 185 grados Fahrenheit, revolviendo casi constantemente para evitar que se queme el fondo de la olla.

Paso 3: agregue el vinagre y el jugo de limón
Una vez que la leche alcance los 185 grados Fahrenheit, retire la olla del fuego. Agregue lentamente la mezcla de vinagre y luego deje que la mezcla repose sin molestias durante 3 a 5 minutos. La cuajada se separará del suero.
Paso 4: cuele la cuajada
Vierta lentamente la cuajada y el suero a través del colador preparado.
Paso 5: Drene las cuajadas
Permita que el suero se drene de 10 a 15 minutos. Cuanto más drene la mezcla, más gruesa será la ricota.
Paso 6: refrigerar
La ricota fresca se puede almacenar en el refrigerador en un recipiente hermético por hasta 5 días.