Evita probar o tocar la salsa si crees que puede ser malo.
Un recipiente fresco de salsa, ya sea que lo haya hecho usted mismo o lo haya comprado en una tienda, tiene una vida útil más corta que la salsa casera o comercialmente enlatada. El moho, la levadura y algunas bacterias pueden sobrevivir y reproducirse incluso en la mayor acidez que se encuentra en la mayoría de las variedades de salsa. Comprender los síntomas del deterioro puede ayudar a prevenir enfermedades transmitidas por los alimentos, aunque no siempre se pueden ver, saborear u oler todas las señales de los alimentos en mal estado.
salsa casera
La salsa casera generalmente permanece buena durante cuatro a siete días cuando se guarda en un recipiente sellado en el refrigerador. El moho visible, un olor o color desagradable, o una película o una capa viscosa en la superficie de la salsa indican que se ha echado a perder. Usar ingredientes frescos y evitar tomates blandos o demasiado maduros puede ayudar a prevenir el deterioro prematuro de los alimentos. Refrigere rápidamente y mantenga el envase sellado para minimizar el deterioro.
Salsa comprada en la tienda
Los recipientes frescos de salsa comprada en la tienda, como los de un mostrador de delicatessen, no son inmunes al deterioro. Los síntomas son similares a la salsa casera e incluyen moho, olor y color, o una película en la superficie. Mantenga la salsa refrigerada y siga el vencimiento o la fecha de caducidad estampada en el recipiente para minimizar las preocupaciones por el deterioro. Si el recipiente produce espuma o está goteando, es probable que la salsa se eche a perder y debe tirarla. Cualquier salsa que no se vea, huela o sepa bien debe ir a la basura, incluso si es mucho antes de la fecha de caducidad.