Ajuste su refrigerador para mantener la lechuga fresca.
Es una sensación terrible comenzar a extraer ingredientes para su comida favorita solo para descubrir que su lechuga está congelada; lleva un tiempo descongelar y la textura y el sabor siempre se ven afectados. Las lechugas, como otras verduras de hoja verde, tienen más probabilidades de congelarse que otros productos porque contienen mucha agua en sus hojas, según el New York Times.
Cosas que necesitarás
- Termómetro refrigerador
- Toallas de papel
- Bolso de plástico con cremallera superior
Coloque un termómetro de refrigerador en su refrigerador durante la noche y verifique la temperatura en la mañana.
Ajuste la configuración de su refrigerador si la lectura del termómetro es superior a 38 grados Fahrenheit o inferior a 36 grados Fahrenheit.
Deje el termómetro en la nevera durante la noche nuevamente. Verifíquelo por la mañana y continúe ajustando según sea necesario hasta que alcance la temperatura correcta.
Frota tu lechuga con una toalla de papel para eliminar el exceso de humedad. Colóquelo en una bolsa de plástico con un cierre de cremallera y asegúrese de que salga todo el aire antes de sellarlo.
Mueve la lechuga hacia el fondo del refrigerador. Manténgalo cerca de la parte delantera de la nevera, ya que el aire frío entra por la parte superior de la parte posterior. Guarde la lechuga en la gaveta para evitar el aire más frío.
Consejos y advertencias
- Los contenedores diseñados para controlar la humedad son otra opción de almacenamiento para evitar que la lechuga se congele mientras se mantiene fresca.