1. Comience con un florero estriado.
"De esa manera, el arreglo seguirá las líneas del recipiente y se sentirá más suelto y natural", dice Erin. "Una buena regla general es que el ramo sea aproximadamente tres veces más alto y dos veces más ancho que el florero".
2. Añadir tallos.
Para el aspecto salvaje y orgánico que le encanta a Erin, sugiere optar por ramas rosas trepadoras, hojas de frambuesa o enredaderas de zarzamora sin espinas en lugar de tallos rígidos y rectos como el boj o la alheña.

3. Capa en los verdes de apoyo.
Use geranios perfumados o enredaderas de lúpulo para hacer eco de la forma que ya ha establecido.
4. Incorporar flores focales.
Coloca flores más pequeñas y delicadas a lo largo del perímetro del ramo y flores más grandes y vistosas más cerca del centro. Las exhibiciones favoritas de Erin incluyen dalias, cosmos y zinnias.
5. Agregue algo "centelleante".
Termine con unos toques delicados de pequeñas vainas, hierbas delicadas o flores en miniatura.

6. Haz alarde de tus flores.
Algunas de las dalias "más llamativas" favoritas de Erin incluyen Cafe au Lait (abajo), September Morning y Gitty Up.
7. Apoye sus greens.
A Erin le encanta usar hojas de geranio perfumadas como verde de soporte.
8. Utiliza elementos inesperados.
Las hierbas delicadas crean textura y proporcionan lo que Erin describe como un elemento "centelleante".
9. Agregar altura.
Las ramas florecientes, como este prunus rosa (flor de cerezo), agregan altura y proporcionan la estructura suficiente.
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