El fuerte aroma de la salvia agrega un sabor muy aromático a los platos cocinados. Las hojas de salvia complementan las entradas de carne de cerdo y pollo, al tiempo que proporcionan sabor a las salsas y sopas de crema. La salvia a veces se usa en tés o remedios herbales, pero realmente brilla como una hierba culinaria. Puede usar salvia fresca o seca pero recién cortada de las hojas del jardín que contienen el sabor y aroma más fuertes. La cosecha en el momento adecuado asegura que las hojas se llenen de los aceites que le dan sabor a la hierba. El corte de salvia en su punto máximo es adecuado tanto para uso fresco como para secado para uso posterior.
Cosas que necesitarás
- Tijeras
- Tabla de cortar
- Cuchillo
Corta los tallos desde el exterior de la planta de salvia con un pequeño par de tijeras. Corte los tallos para que tengan 3 a 6 pulgadas de largo y contengan dos o más conjuntos de hojas.
Coseche la salvia antes de que comience a florecer o justo cuando los brotes comienzan a hincharse. Las hojas pierden su sabor una vez que la planta comienza a florecer.
Pele las hojas del tallo después de la cosecha. Desechar los tallos.
Use las hojas enteras o córtelas en trozos más pequeños, como prefiera. Haga un montón de tres o más hojas en la parte superior de la tabla de cortar. Corta el salvia en trozos del tamaño deseado. Cortando corta y magulla las hojas para que liberen más aceite y fragancia.
Consejos y advertencias
- Si está cosechando la salvia para secar, secar y almacenar hojas enteras. Desmenuzar o triturar las hojas inmediatamente antes de usar para liberar el mayor sabor.